jueves, 22 de agosto de 2013

A ver, aclaremos las cosas, a quién estoy tratando de engañar? a mi misma? a los que me rodean? a Ti?
Esta situación en verdad ya me superó, por qué estoy intentando hacerme la fuerte?
El primer paso de la superación es la Aceptación. Sí, te extraño, te extraño tanto que es casi insoportable. El dolor es indescriptible, tantos recuerdos, tantas promesas rotas, tanta intensidad a la basura, lo acepto, te sigo amando y sé que será así por mucho tiempo más, te sigo extrañando y tal vez nunca deje de hacerlo. Es sorprendente el cómo te volviste una parte tan importante de mi... de MI, que jamás abrí mi corazón a nadie, que jamás permití que alguien entrara a mi vida y conociera mi lado más débil, que jamás me entregué 100% a nadie...sí te volviste una importantísima parte de mi, y a pesar de que no me arrepiento de nada, si me molesta darme cuenta que tanto ceder no sirvió de nada.
Te entregué todo, mi vida entera, mi corazón confundido, mi inseguridad, mi instinto felino de desconfiar de todo. Me entregué a ti completamente indefensa, porque te dejé conocerme por completo, porque por ti eché abajo esa muralla que tanto me costó construir al rededor de mis sentimientos, porque por ti aprendí a dejar de esconderme y a decir lo que sentía, porque tú me enseñaste que no estaba mal llorar si era en tus brazos, me enseñaste que estaba bien confiarte mis debilidades más profundas, me enseñaste a dejar de lado mi lugar seguro y arriesgarme, y así, sin mi coraza protectora ya, te entregué todo.
Te extraño, es cierto, me haces falta, porque siento que me falta un pedazo de mi misma, porque contigo te llevaste gran parte de mi, pero aun sé cuando rendirme. Ya es suficiente, la única razón de esta "confesión" es el desahogo, y con él, el olvido. Sí, se le podría llamar "olvido", porque a pesar de que sé que jamás te olvidaré con todo lo que esa palabra significa, si lograré borrarte de mi cabeza, y de mi corazón, y sanar al fin, porque el show debe continuar, la vida tiene que seguir, y no voy a detenerla, mucho menos por ti.
Me hiciste daño, me haz hecho mucho daño, aun lo sigues haciendo, pero toda experiencia en la vida tiene un fin, nada pasa porque sí, las casualidades no existen, y de esto tendré que aprender, aprender principalmente a volver a ser yo misma, dejarme de sentimentalismos que no sirven para nada y aprender otra vez que hay cosas de mi que nadie merece ver.
Me cambiaste en 180 grados, me hiciste una persona sensible y expresiva, agradable, amorosa... Y tal vez sin intención volviste a cambiarme, 180 grados más, he hiciste de mi una persona sin ganas de sentir, incapaz de compartir mi vida con nadie, tal como era antes de que te aparecieras en mi vida.
Mis más sinceras disculpas si he sido una molestia o un estorbo para ti estos últimos días, que es como me he terminado sintiendo, pero nunca ha sido la intención. 
Gracias por este tiempo, a pesar de todo, y sin rencores. Buena suerte y hasta luego. Te deseo sinceramente que seas tan feliz como yo nunca pude hacerte.